Fast Mission Combat

Han sido bastantes semanas y meses sin poder reconciliarnos con esto del Airsoft y no es que hablemos ahora de la gran partida, del gran Kahuna que nos llama para evadirnos del día a día y centrarnos durante unas horas en nuestro hobby. Más bien se trataba de desahogarnos durante unas horas y de, sabiendo que sin ser esa gran ola que queremos surfear, simplemente se trata de vestirse de verde y pasar unas horas en buena compañía y tratando de recuperar el punto.

EL CAMPO

Pues bien, caminito de El Berrocal, ya pudimos comprobar lo que siempre decimos de este campo.  El campo de El Berrocal o campo Zulu, es, probablemente, uno de los mejores de la zona centro, si bien no es comparable al del Campo Aracos en Añover de Tajo. En un espacio, amplio podemos encontrar asentamientos urbanos, montañas, canteras, zonas de bajo bosque y todo con una orografía bastante exigente y rodeada de caminos de tierra que hace las delicias de los amantes de las emboscadas.

El tiempo acompañó y en este caso podemos asegurar que nos encontrábamos ante la calma que precedía a la tempestad, visto la cantidad de agua que ha caído hoy por toda España.

LA ORGANIZACIÓN Y LA PARTIDA

La partida fue peculiar. Unas 40 personas divididas en dos grupos que prácticamente vestían igual, lo que en muchos casos impidió realmente identificar al contrario, produciéndose numerosas bajas por fuego amigo.

Se pudieron disfrutar dos misiones. La primera consistió en un avance por saltos de un pelotón de unas 20 personas que divididas en varias escuadras de fuego abrieron el campo desde el suroeste hacia la cota más alta del campo. Esta primera parte fue, sin duda, lo mejor de la partida. Comenzó con un avance lento pero seguro en una formación en pinza abierta por los flancos y que metro a metro iba avanzando desde la cota hasta la zona conocida como la mina. El equipo defensor centró su estrategia en defender tranquilamente el terreno, obstaculizando, en la medida de lo posible, el avance de grueso del pelotón.

Tras tomar, no sin mucho esfuerzo, la cuenca del río, asistimos a uno de esos accidentes típicos y dramáticos de nuestro hobby. Rotura de un tobillo en mitad de la montaña. Quizá en uno de los puntos más complicados de este campo, en mitad de la cuenca del río que conduce a la Mina.

Una mala piedra en el camino y plaf. Una torcedura que se llevó por delante a un buen compañero que aguantó como pudo el dolor. La organización respondió como debe hacer  ante un suceso así. Paró la partida y se procedió a evacuar al el herido, que es lo primero.

La verdad es que las circunstancias eran de por sí bastante duras como para no hacer un ejercicio de simulación, por lo que procedimos a ejecutar el protocolo de (a) suprimir la amenaza (parar la partida), (b) contener los posibles daños irreversibles (se inmovilizó el herido), (c) preparar la evacuación (se contó con camilla) y (d) preparar la exfiltración al centro médico, (conseguimos bajar un coche hasta la Mina).

Este hecho condicionó en gran medida la partida que, originalmente concebida para 4 horas, vio como todo cambió a las 11:40, momento en el que conseguimos evacuar al herido.

Del resto de la partida hay poco que contar. Lo bueno de estas partidas privadas es que la veteranía se supone y al menos en nuestro bando no vimos ningún mal rollo, independientemente de bajas amigas provocadas por una uniformidad excesivamente homogénea.

CONCLUSIÓN

El futuro del Airsoft o del MILSIM va a pasar, queramos o no, por esto. Organización de partidas privadas con pocos participantes pero con un grado de veteranía que hace de estas cuatro horas un buen elemento para entrenar alguna que otra partida grande que queramos planear o bien entrenar con un equipo poco compenetrado o simplemente intentar alejarte de las partidas domingueras y buscar algo más de realismo, pero poco más.