El combate defensivo en montaña

Después de los artículos anteriores sobre el reconocimiento en montaña y el combate ofensivo en montaña, le toca el turno al defensivo que, por sus peculiaridades, debe tratarse de manera independiente.

El combate defensivo en montaña presenta las siguientes características:

– La existencia de zonas pasivas que será suficiente vigilar.
– posibilidad de dar, si no a toda posición sí a parte de ella, un fuerte valor defensivo frontal.
– Dificultad para organizar y coordinar los fuegos.
– Independencia de acciones desarrolladas en compartimentos inmediatos.

Dada la importancia de las vías de comunicación en montaña, el defensor tendrá que montar su defensa a caballo de ellas para cerrarlas. Como el atacante tratará de hacerse con ellas por envolvimiento, el defensor tendrá que organizar también el terreno comprendido entre ellas, naturalmente con una
densidad de fuerza menor, que estará en relación con la mayor o menor fortaleza del terreno.

Como toda situación bélica, la montaña implica ventajas e inconvenientes.

Ventajas:

– Aumento de la capacidad de resistencia del defensor por la existencia de pendientes y obstáculos naturales que dificultan la progresión del atacante.

– Posibilidad de cubrir, con los mismos medios, frentes más amplios que en terreno llano, resultado de la solidez del terreno, que puede considerarse naturalmente fortificado. En consecuencia, economía de medios.

– Facilidad de mayor observación lejana y extensa desde puntos dominantes, si bien han de tenerse en cuenta determinadas circunstancias atmosféricas, como la niebla espesa que la dificultan.

– Eficacia de las destrucciones sobre las vías de comunicación, tanto por la presencia de pasos obligados como por la escasez de estos.

– Eficacia de las acciones de prohibición llevadas a cabo por la artillería y la aviación, por las razones antes apuntadas.

– Gran valor del obstáculo, en combinación con el fuego, sobre todo en los puntos de paso obligado.

– Posibilidad de realizar acciones de flanco desde los excelentes posiciones que constituyen los contrafuertes o espolones de las divisorias.

– Existencia de abrigos naturales proporcionados por las asperezas del terreno y por las facilidades que en las posiciones en cresta ofrecen las contrapendientes por la ocultación y la desensillada.

– Difícil empleo por parte enemiga de unidades acorazadas y mecanizadas, salvo en valles amplios.

Inconvenientes:

– Numerosos puntos muertos delante de las posiciones, que podrán ser aprovechados por el enemigo para avanzar a cubierto.

– Menor rendimiento de las armas automáticas. La imposibilidad en la mayoría de los casos de aprovechar la trayectoria de los proyectiles artilleros.

– Dificultar de estableces un buen plan de fuegos.

– Difucultad del movimiento acorazado.

– Dificultad en la oportuna intervención de las reservas, como consecuencia de la lentitud propia de los movimientos en montaña, especialmente de los desplazamientos laterales.

TIPOS DE DEFENSA 

Los tipos de defensa están marcadas por la función de su existencia. Así existen:

Defensas sin líneas de retroceso

Caracterizadas por la existencia de una posición defensiva con una zona de seguridad y otra de resistencia y una zona de retaguardia de division.

Posición defensiva

Es la zona del terreno donde se desarrolla y decide la batalla defensiva y por consiguiente constituye la parte más importante del conjunto del área de defensa

Esta zona debe garantizar:

– Cerrar las vías de comunicación que pueda utilizar el enemigo.
– Disponer de buenas comunicaciones.
– Contar con terreno de naturaleza áspera y difícil
– Contar con buenas posiciones de contraataque
– Contar con contraflanqueos
– Estar a cubierto de la observación enemiga

Dado que será difícil contar con todas estas condiciones, se deberá priorizar los planes de fuego, con el adecuado despliegue de posiciones y con cuantos trabajos de comunicaciones sean necesarios.

Existen dos tipos de posiciones defensivas:

A)  De barreamiento de los valles. Se establecerán en los estrechamientos que formen las montañas, tales como desfiladeros o puntos de paso obligatorios. Se organizará la defensa en el fondo del valle y en las pendientes que desde las alturas laterales caigan sobre él, eligiendo estas laderas donde existan buenas posibilidades de observación y flanqueo.

B)  En zonas dominantes. Son posiciones establecidas en alturas que dominan un valle y que ofrecen grandes ventajas por la fortaleza que proporcionan las fuentes pendientes, por el dominio de vistas con que cuentan y por la necesidad que tendrá el enemigo, si no se decide a atacarlas frontalmente, de realizar largos y difíciles movimientos para tratar de envolverlas, en lo que invertirá mucho tiempo y someterá a sus tropas a grandes fatigas.

ORGANIZACIÓN DE UNA POSICIÓN DEFENSIVA

La PD (Posición Defensiva) se divide en sectores divisionarios, cuya amplitud superará normalmente los valores máximos asignados a una división en terreno llano.
Estos sectores se dividirán en subsectores asignados a diferentes unidades en función de su complejidad.

Posición defensiva en profundidad

La PD en sentido de la profundidad comprende:

a) Zona de seguridad.

Tiene las siguientes misiones:

– De vigilancia, para descubrir la presencia enemiga e informar sobre su actuación.
– De protección, para evitar la sorpresa y ocultar al adversario la situación y condiciones de la ZR.
– De combate, para retardar, desgastar y canalizar el avance enemigo.

b) Zona de resistencia

Constituye la parte esencial de la PD y a su defensa han de orientarse todos los esfuerzos. Su misión conste en anular la potencia ofensiva del enemigo, deteniéndole lo más a vanguardia que sea posible, desgastándole posteriormente por el fuego y el contraataque. Como el atacante seguirá los espolones que delimitan los valles será precisamente sobre ellos donde se establecerán posiciones fundamentales, las cuales deben estar organizadas para su defensa circular y disponer de reservas de munición y aprovisionamiento que les permitan resistir aisladas, ya que en montaña las infiltraciones son fáciles y frecuentemente las posiciones quedarán envueltas.
Ejecución de la maniobra defensiva en la POSDEF 

En la montaña, la maniobra defensiva se basa fundamentalmente en la determinación de las zonas clave del sector asignado. Estas zonas se aseguran restableciendo una posición defensiva que permita combinar resistencias sobre posiciones fijas con acciones de fuego y reacciones dinámicas.

El defensor se opondrá a las penetraciones enemigas, mediante contraataques y ocupando posiciones eventuales preestablecidas. Cuando no se puedan eliminar las penetraciones enemigas, se tratará de contenerlas llevando a cabo una defensa a toda costa de las zonas clave, en espera de la actuación de las reservas del escalón superior.

En la zona de seguridad.

La ocupación de la Línea de Vigilancia correrá a cargo de los batallones o GT’s de primer escalón. Su misión consiste en informar sobre el avance del enemigo, jalonando su situación y dificultando la observación próxima sobre la zona de resistencia. Una vez cumplida su misión, las fuerzas de la ZS romperán el contacto co el adversario, para lo cual, si es preciso, deberán contar con todo el apoyo de fuegos disponible, replegándose al lugar asignado en el despliegue defensivo.

En la zona de resistencia

Cada unidad o agrupamiento tendrá como misión cerrar una o más vías de acceso principales o secundarias con la finalidad de:

– Detener las fuerzas atacantes, apoyándose en las posiciones ocupadas o en las eventuales establecidas.
– Dificultad y si es posible, abortar, las tentativas de infiltración y envolvimiento.
– Eliminar las penetraciones enemigas en el sector asignado, o por lo menos contenerlas.
– Desarrollar una maniobra basándola en un sistema de posiciones fijas, elementos para vigilancia de los espacios vacíos y reservas

El sistema de posiciones fijas deberá incluir organizaciones defensivas protegidas por obstáculos y campos de minas. Este sistema tendrá por objeto detener al enemigo.

Los criterios de ocupación de las posiciones defensivas serán:

– Las posiciones fundamentales a defender estarán guarnecidas permanentemente. Asimismo estarán guarnecidas todas las posiciones situadas en el Borde Anterior de la ZR.
-Las posiciones eventuales situadas a retaguardia de las anteriores se ocuparán cuando el desarrollo de las acciones lo aconseje a la orden del Mando.

– Ninguna posición guarnecida podrá abandonarse sin la orden expresa del Jefe que la mandó.
-Ocupar. Esta orden será oportuna cuando la guarnición no esté implicada en el combate y sea necesaria la Unidad para ocupar o reforzar otras posiciones cuyo mantenimiento sea más importante.

EMPLEO DEL FUEGO

Los fuegos previstos se coordinan en el Plan General de Fuegos, dentro del cual constituye una parte muy importante del Plan de Fuegos de Artillería. Los fuegos se aplicarán delante del Borde Anterior de la ZR y en el interior de la posición, con la finalidad de:

– Apoyar en su caso a las unidades propias situadas en la ZS para favorecer su actuación y proteger su repliegue.

– Contribuir a la detención de las fuerzas atacantes delante de la Posición Defensiva.

– Asegurar a las posiciones del BAZR un apoyo de fuego oportuno y eficaz que potencie el suyo.

– Contribuir al aislamiento de las fuerzas enemigas infiltradas en los espacios vacíos de la defensa, impidiendo su alimentación o repliegue.

– Apoyar los contraataques, deteniendo primero al enemigo y destruyéndolo después.

– Dificultar el enemigo la alimentación táctica y logística del ataque, al menos en la vía de comunicación sobre la que está montando el esfuerzo principal.

-Neutralizar los puestos de mando, observatorios y asentamientos de morteros, y siempre los del despliegue de artillería.

ACTUACIÓN DE LAS RESERVAS 

La defensa estática, en montaña, no es suficiente, por fuerte que sea el terreno. Es necesario el movimiento de las reservas, que han de actuar con energía y decisión. Las fuerzas de reserva intervendrán:

– Reforzando organizaciones defensivas u ocupando posiciones eventuales cuando el desarrollo de la situación lo aconseje.

– Contraatacando, cuando sea posible, a las fuerzas enemigas infiltradas o a las que hayan logrado penetrar en el dispositivo propio.

-Manteniendo el contacto, de forma dinámica, con aquellas penetraciones que no puedan ser detenidas o contraatacadas en fuerza.

LA ORGANIZACIÓN DEL TERRENO

Se pretende aprovechar al máximo las condiciones naturales del terreno, mejorándolas por medio del trabajo, a fin de facilitar el fuego y los movimientos propios y dificultar los del adversario.

Se deben establecer cuatro grados de organización del terreno:

– Condiciones de mínima defensa.

– Organización ligera.

– Organización media.

– Organización fuerte.

 Organización de Retaguardia de División.

La ZRD se encuentra a retaguardia de la PD y constituye para la división su base de alimentación táctica y logística.

Además, será misión de estas reservas realizar contraataques de conjunto en apoyo de la PD. Deberán estar en condiciones de llevarlos a cabo siempre que sea necesario, especialmente para impedir al enemigo apoderarse de las posiciones fundamentales que le permitan el control directo de las zonas clave.

LA RETIRADA

El desarrollo de una maniobra en profundidad, en su concepto estricto, no será normal en montaña. La propia fortaleza del terreno no aconseja el abandono deliberado de zonas importantes cuya reconquista sería muy dificultosa, sin haber extraído de ellas el máximo rendimiento. Cada una de las barreras naturales, en profundidad deberá constituir una verdadera posición de resistencia sobre las que llevar a cabo un combate defensivo sin idea de retroceso.

Esto no implica que en ocasiones puntuales estén previstas acciones de retardo favorecidas por la presencia de numerosos puntos de paso obligado sobre los que un reducido número de efectivos tendrán capacidad para detener un tiempo importante el avance enemigo.

Las acciones de repliegue entre una posición y otra tendrán el carácter de verdaderas aciones de retirada, que en montaña se verán favorecidas por el carácter dominante de las posiciones, lo que permitirá romper más fácilmente por sorpresa el contacto con el enemigo, o sustraerse a su acción si las fuerzas estuvieran empeñadas.

Sin embargo, en toda retirada será de vital importancia asegurar aquellos puntos clave o de paso obligado previstos para el repliegue,, anticipándose a todo intento enemigo de ocupación por acciones de envolvimiento vertical, así como el evitar los desbordamientos por las alturas o por compartimentos contiguos, que pudieran poner en peligro la retirada del grueso de las fuerzas.