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La montaña se presenta con una diferenciación y tipología diferente en función de la altura a la que esta se desarrolla. Así se encuentra la alta (+2.000), media (1.000 – 2.000) y baja montaña (500 – 1.000). En función de esta diferenciación se asignarán unidades de diferente tipología como escaladores o cazadores.
La dificultad de operar en montaña viene determinada por una serie de factores físicos y climáticos como:
Factor físico
Temperatura. Tanto en verano como en invierno la temperatura presentará tantas oscilaciones que condicionará nuestro equipamiento, rendimiento y entereza.
Presión. La presión tiene unas claras implicaciones en nuestro rendimiento físico. A mayor o menor altura, mayor será la presión a la que nos veamos sometidos.
Lluvia. Aquel que no se ha movido en montaña con barro es que no conoce la montaña.
Nevadas. Pese a parecer una estampa idílica, la nieve nos dificultará tanto el movimiento como la impermeabilidad de nuestra ropa.
Aludes. Son el gran enemigo del montañero. Silenciosos hasta que nos atrapan.
Tormentas. Una tormenta, especialmente eléctrica, ofrece a la naturaleza la oportunidad de recordamos lo nimio que somos.
Vientos. Es el último de los factores de estos entes rocosos. Pasar una noche escuchando los alaridos en las cretas de las montañas es un espectáculo que no tiene parangón.
Factor humano
Entendido este tanto del soldado como del habitante de la zona. El habitante de la zona está caracterizado por una buena condición física y un conocimiento extraordinario del entorno. En muchos casos su apoyo al terreno y la capacidad para sobrevivir en condiciones extremas serán sus principales cualidades.
Vestuario, equipo, armamento y material de campaña
El vestuario y equipo deben ser adecuados a cada tipología de montaña y dada su difícil reposición y transporte, deberán reunir las mejores condiciones de abrigo, impermeabilidad, peso y volumen para la función que desempeñan.
El combatiente
El soldado de montaña debe ser inicialmente seleccionado y captado entre los que se incorporan a filas, buscando el de mejores condiciones psicofísicas, lo cual permitirá que alcance progresivamente el mayor grado de instrucción tanto táctica como técnica; se iniciará con cortos recorridos, para alcanzar la capacidad de realizar los mayores esfuerzos sin disminuir su eficacia.
El combatiente de montaña, de mayor o menor grado de especialización técnica se clasifica y encuadra en: Especialista de Tropas de Montaña (esquiadores – escaladores) y Tropas de Montaña (cazadores). El primero estará equipado y preparado para vivir, moverse y combatir en todo tipo de montaña durante todo el año, aunque por tiempo limitado en la alta montaña y época invernal. El segundo, será capaz de vivir, moverse y combatir en la baja y media montaña durante todo el año, aunque por tiempo limitado en época invernal.
ASPECTOS DEL COMBATE EN MONTAÑA
La maniobra
La lucha en montaña no tendrá otra finalidad que impedir, o intentar, el paso a través de ella hacia objetivos políticos o estratégicos, que serán el fin último de las operaciones. La combinación de esfuerzos entre valle y alturas constituye la dinámica de la maniobra en montaña. En ofensiva, solamente operando sobre los flancos y retaguardia pueden obtenerse resultados definitivos. Las tropas especializadas en montaña tomarán siempre la iniciativa de desplazamiento en altura en apoyo de la batalla o de las tropas en zonas bajas.
Todo jefe debe buscar siempre la sorpresa y para ello la anticipación y la información serán sus valores fundamentales, así, sorpresa y maniobra están implícitas en la naturaleza del ambiente.
La seguridad es un factor fundamental en el combate en montaña
El combate en montaña requiere tener con suficiente antelación una información precisa del enemigo y del terreno, pues la lentitud de los movimientos y la dificultad de variar los despliegues exigen del mando decidir con mayores márgenes de tiempo, a la vez que llevar a cabo una cuidadosa preparación de toda la acción, ya que una vez adoptada la decisión, será difícil variarla. En este sentido, las PUS juegan un papel esencial a la hora de obtener información tanto del terreno como del enemigo.
El despliegue y las medidas de protección propias
La seguridad táctica, necesaria en todas las unidades de montaña, puede ser:
Seguridad de maniobra. En montaña, la mejor seguridad la proporcionará, normalmente la observación, realizada desde observatorios que dominen una amplia zona, fundamentalmente los puntos de paso obligado, siendo de gran rentabilidad el empleo de medios aéreos
Seguridad de combate. En montaña, en la que el terreno pasa a ser un factor dominante, la progresión se hará por saltos, ocupando las sucesivas líneas de observatorios y tratando de mantener un ritmo suficiente rápido para que la progresión de las columnas sea lo más constante posible.
Seguridad de las tropas. En montaña, además de las medidas tácticas preceptivas de toda unidad, habrán de tenerse en cuenta las necesarias para contrarrestar y prevenir los peligros que el ambiente entraña y que forman parte de la técnica para la vida y el movimiento de las tropas en este medio.
El secreto. El movimiento de noche por terreno conocido se deberá preparar con toda minuciosidad, procediéndose al reconocimiento previo de los itinerarios, a su jalonamiento y al levantamiento de obstáculos que pudiera haber, para que se tengan las máximas probabilidades de llevarlo a cabo tal y como se había previsto y así cumplir la misión impuesta. En terreno desconocido, las dificultades que se puedan presentar, aun habiendo prepararado con todo cuidado el movimiento, pueden conseguir, en algunos casos, su realización de noche.
LA COBERTURA
La cobertura de fronteras montañosas es una de las misiones que la doctrina asigna a las unidades de montaña, tanto en tiempo de paz como en la fase previa a las acciones de guerra, en beneficio de la seguridad nacional o de Gus superiores.
En el caso de las GUS, las misiones consistirán en :
Constituir el esqueleto de una posición defensiva, que se completará posteriormente en caso necesario.
Ocupar, organizar y defender temporalmente una POSDEF para dar tiempo a la organización de otra en retaguardia o la organización de GUS que realicen una acción ofensiva posterior.
Los Marines deben ser capaces de matar y cocinar su propia comida. © Crown Property
Las PUS, por su parte, tendrán el protagonismo en este tipo de misiones y constituirán la base sobre la cual se estructurará una POSDEF más sólida, en el caso de que la situación evolucione desfavorablemente.
En el caso de la ocupación temporal, las PUS se replegarán sobre la nueva posición, empleando para ello un mecanismo similar al utilizado en la ejecución de una acción retardadora. La dificultad de la movilidad en montaña debe suplirse con vehículos aptos para el desplazamiento.
Impermeabilización de fronteras
Las operaciones a realizar serán:
Patrullas móviles que recorran y ocupen esporádicamente, mediante una programación variable en el tiempo cuantas zonas e itinerarios sean susceptibles de utilizarse por los integrantes de bandas armadas.
Montaje de emboscadas
Controles irregulares y escalonados en profundidad sobre la confluencia de carreteras y caminos.
Acciones defensivas de custodia de instalaciones o puntos de importancia.
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